Transformaciones necesarias en la justicia
La aprobación de la reforma judicial por parte de Claudia Sheinbaum ha generado un amplio debate en el país. «Toca sacudir expectativas y transformar estructuras rígidas e irrecuperables, por el bien de todos», se ha expresado en diversas ocasiones. La conclusión del sexenio de López Obrador se ha caracterizado por una actividad política intensa, marcada por la llegada de esta reforma que ha desatado tanto júbilo popular como inconformidad entre ciertos sectores.
La oposición y sus reacciones
La oposición ha intentado construir una autodenominada “resistencia”, movilizando a jueces y funcionarios para obstaculizar el proceso legislativo. Mientras que algunos opinadores han expresado su descontento, la crítica ha sido más significativa entre aquellos alineados con el institucionalismo académico y el liberalismo social, en contraste con la izquierda materialista. Estos grupos han destacado cinco rasgos esenciales que definen su postura, que justifican la aprobación rápida de la reforma judicial impulsada por Sheinbaum.
Beneficios de una aprobación expedita
La primera ventaja de esta aprobación es que minimiza el desgaste político en un sexenio ya avanzado. La intervención decisiva de AMLO ha permitido que Sheinbaum gane al evitar las concesiones típicas en negociaciones que alteran intereses consolidados. Así, la presidenta electa podría actuar sin mostrar debilidad y enfocarse en su agenda legislativa.
La segunda ventaja se relaciona con la legislación secundaria, que es crucial para dar forma a la reforma. Una aprobación sin demoras facilita que los detalles de esta legislación se gestionen adecuadamente, reduciendo el riesgo de sentencias adversas que podrían interferir en la administración futura. Este enfoque también permite a Sheinbaum implementar cambios significativos en los reglamentos, evitando conflictos prolongados.
Perspectivas económicas y sociales
A pesar de las preocupaciones sobre el impacto económico, es importante destacar que la inversión extranjera ha estado históricamente desconectada de los tribunales locales. Esto implica que la reforma judicial podría, en el largo plazo, mejorar la percepción internacional del sistema mexicano. La reducción de litigios puede también incentivar la inversión pública, favoreciendo el empleo y mejorando la recaudación tributaria.
Conclusión: Un camino hacia la confianza
La reforma judicial representa una oportunidad para restablecer la confianza en el sistema. A medida que Sheinbaum lidera un gabinete capaz de ejecutar estos cambios, el reto radica en demostrar avances tangibles que mitiguen el descontento. La legislación secundaria será un paso fundamental para abordar la incertidumbre y los reclamos legítimos de la ciudadanía. La administración de Sheinbaum tiene, por lo tanto, la posibilidad de conectar el viejo y el nuevo sistema judicial, promoviendo un cambio necesario por el bien de todos.